Es la orientación mediante la cual la persona consigue satisfacción sexual y emocional con miembros de ambos sexos. La bisexualidad es una orientación permanente, si bien el relacionarse con ambos sexos puede estar limitado a un periodo en particular. Tanto los hombres como las mujeres pueden ser bisexuales.
Muchos sexólogos aceptan hoy día la bisexualidad como una orientación tan genuina como la heterosexualidad y la homosexualidad. Los bisexuales no son personas cuya orientación primordial sea la homosexualidad pero que tienen alguna actividad heterosexual; tampoco son personas con orientación heterosexual pero que tienen alguna actividad homosexual. Dicho esto, es importante reconocer que hay pocos estudios científicos sobre bisexualidad y que las descripciones de bisexualidad se basan mucho en generalizaciones y aproximaciones.
Se desconoce el origen de la bisexualidad en ciertas personas, al igual que cualquier orientación sexual, aunque muchas veces se atribuye a la relación con el padre o con la madre. Otros investigadores creen que la respuesta está en el efecto de ciertas personas en el cerebro del niño cuando aún esta en el vientre materno. Otros creen que no hay necesidad de buscar las raíces de la bisexualidad, puesto que niegan su existencia: creen que los bisexuales son homosexuales que niegan su orientación. Otros investigadores creen que todos nacemos con una capacidad para relacionarnos con ambos sexos, pero que dicha capacidad pasa a socializarse en heterosexualidad o en homosexualidad, quedando sólo una minoría en la bisexualidad.
El Dr. Fred Klein, en su libro "La opción bisexual" clasifica la bisexualidad en tres categorías: transitoria, histórica y secuencial.
- Transitoria- Un bisexual transitorio es una persona que (probablemente) esta pasando de la heterosexualidad a la homosexualidad. Pasar en la otra dirección es menos corriente. Según el Dr. Klein, el paso hacia cualquiera de esas direcciones puede ocurrir en un periodo corto de tiempo, pero puede tardar más de un año en completarse. Si se evalúa a una persona durante ese periodo, su orientación parecerá bisexual; pero si se hace algún tiempo después entonces se mostrará homosexual o heterosexual.
- Histórica- La persona bisexual histórica es alguien cuya orientación es esencialmente heterosexual o homosexual, pero que en algún momento ha tenido alguna experiencia o alguna fantasía con una persona cuyo sexo era contrario a su orientación.
- Secuencial- En esta categoría, la persona tiene una relación con una persona de un sexo, y a continuación, con una del otro sexo. Su compromiso en la relación es igual en cada caso. El número de estas relaciones variará, dependiendo de las necesidades de la persona.
La idea principal es que la persona con una orientación bisexual no encaja en un molde simple. Hay grados y matices de comportamiento y actitud, todos los cuales hay que considerar y resultan de una complejidad que todavía no se acaba de entender.
Otro Intento de definición
Podemos definir a la persona homosexual como alguien que se siente atraído física y emocionalmente por otro individuo de su mismo sexo, y a la persona bisexual como quien siente atracción por diferentes personas, sin importar su género.
Si hacemos hincapié en la cuestión de la atracción es porque muchas personas que ejercen una sexualidad heterosexual pueden ser homo o bisexuales por diversos motivos que les impiden ser fieles a sus sentimientos. También existen personas heterosexuales que por distintas razones, entre ellas el dinero, mantienen relaciones homo o bisexuales, sin estar verdaderamente atraídos por ellas.
La importancia de comprender que existen múltiples y muy variadas maneras de sentir y vivir la sexualidad reside en que ésta no es una parte secundaria de la personalidad, sino muy por el contrario, se encuentra en el centro íntimo del individuo, siendo esencial para su felicidad y realización como persona.
La sexualidad humana, a diferencia de la animal, está conformada por un sinnúmero de elementos más allá de lo genital. Comprender esto es la base para la aceptación de las diferentes maneras de expresar los sentimientos y el erotismo.
La educación sexual debe contemplar estas realidades y ser capaz de ayudar a quienes sienten diferente de la mayoría, a fin de que puedan vivir según su propia realidad y alcanzar la felicidad. Lamentablemente, todavía hoy es escasa la educación sexual -o educación para el amor- en general; qué decir de temas como el que trata el presente artículo.
Tanto padres como educadores deben prestar atención a los niños y poner a su disposición una buena cuota de información sin prejuicios ni condicionamientos, ya que de lo contrario ellos encontrarán sus respuestas por caminos difíciles y a veces dolorosos.
Otros modelos
Durante siglos, los posturas sexuales que no se ajustan al modelo heterosexual han sido consideradas patológicas y desviadas. Sin embargo, la homosexualidad y la bisexualidad dejaron oficialmente de considerarse "enfermedades" hace ya varias décadas. La falta de conocimiento y comprensión sobre las personas que las practican ha ocasionado no sólo su discriminación, sino muchas veces su persecución y violencia.
Según el origen de la palabra parafilia, ésta define a una manera diferente de expresar el amor. Es interesante destacar este punto, ya que no se pone el acento en el objeto sexual, sino en el objeto del afecto de aquellos que sienten diferente de la mayoría heterosexual. Este modelo considerado "normal" fija su objeto sexual -y de afecto- en el género opuesto. Pero las personas que se sienten atraídas física y espiritualmente por otras del mismo sexo, o de ambos, no son un porcentaje tan bajo de la población como para ser considerados "anormales".
El rechazo que muchos sienten por las personas parafílicas se basa quizá en que desafían un modelo sexual que encuentra su fin último y valedero en la procreación. Sin embargo, aun las personas heterosexuales la mayor parte del tiempo ejercen su sexualidad sin el objeto de engendrar hijos. En ese sentido, sería tan anormal como el tener sexo con una persona del mismo género. ¿Qué podría decirse de los individuos que por diferentes motivos están afectados por la esterilidad, o de las mujeres que llegaron a la menopausia? A nadie se le ocurriría pensar que su sexualidad pasara a ser patológica o anormal.
El rechazo que muchos sienten por las personas parafílicas se basa quizá en que desafían un modelo sexual que encuentra su fin último y valedero en la procreación. Sin embargo, aun las personas heterosexuales la mayor parte del tiempo ejercen su sexualidad sin el objeto de engendrar hijos. En ese sentido, sería tan anormal como el tener sexo con una persona del mismo género. ¿Qué podría decirse de los individuos que por diferentes motivos están afectados por la esterilidad, o de las mujeres que llegaron a la menopausia? A nadie se le ocurriría pensar que su sexualidad pasara a ser patológica o anormal.
Es importante entender que las personas parafílicas -homo o bisexuales, aunque existen otras variantes- no eligen libremente su objeto de afecto. Tal y como les sucede a los heterosexuales, se sienten atraídos por uno u otro género sin poder proponérselo o modificarlo. Esto ayuda a comprender que su actitud no es penalizable, ya que no se basa en una elección libre y por lo tanto posible de ser equivocada.
Aquello que sí puede elegir un individuo es actuar o no de acuerdo a sus sentimientos. En el caso de la sexualidad, el imponerse un objeto sexual y afectivo contrario a las propias sensaciones puede ser fuente de gran insatisfacción. El desarrollo libre y honesto de la sexualidad es imprescindible para la salud plena de cualquier ser humano.