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viernes, 13 de septiembre de 2013

LA MASTURBACIÓN
En el ser humano, las primeras experiencias de placer están relacionadas con la satisfacción de necesidades vitales como alimentarse, abrigarse y sentir el contacto protector de otro cuerpo.
Cuando un niño recién nacido chupa leche del pecho materno, la sensación de placer se extiende por su cuerpo desde la boca; las caricias le producen agrado a la vez calman su angustia de sentirse desprotegido.
Más adelante, la curiosidad lleva al niño a conocer otras partes de su cuerpo: descubre sus pies y se los lleva a la boca, se toca las orejas, la nariz, las manos y los genitales. Por esos actos paulatinamente ira reconociendo las partes de su cuerpo, no como independientes de sí mismo de así mismo si no como propios. De ahí que el impulso de tocar los órganos genitales que tengan en la primera infancia un significado muy distinto al de la pubertad.
En este momento es cuando recién descubrirá sensaciones de placer que se transmiten a través de la masturbación. La masturbación es por tanto una forma de conocer la propia sexualidad y la experiencia del pacer. Consciente en tocar a  frotar cualquiera de los órganos sexuales (generalmente el clítoris en la mujer y el pene en el hombre) para obtener una sensación de placer. El acto de la masturbación coincide con la excitación sexual y suele estar precedido y acompañado por diversos estímulos de la sensualidad y el erotismo que puede ser hasta imágenes reales o fantasías acerca de persona o situaciones. Tanto en la mujer como en el hombre puede acompañarse de un momento de máximo placer o equivalente a un orgasmo.
Muchas culturas y creencia consideran perjudicial la masturbación. Como otras prohibiciones relacionadas con lo sexual, probablemente se remontan a épocas en que imperaba el miedo a la extinción de la especie. Esto se debe a que en la prehistoria se consideraba que si los seres humanos se inclinaban por el placer individual, se reducían las posibilidades de relación con sus parejas, lo que ponía en peligro la reproducción y el número de integrantes del grupo. La masturbación era un indicio de desinterés social.
En muchas clases sociales, la masturbación es mal vista por motivos morales y religiosas, así como por inquietudes de carácter psicológico en efecto, existe el temor de que chicos y chicas encuentren en la masturbación una alternativa que les permita aludir las dificultades de la relación con el otro sexo y con personas de la misma edad, perdiendo así el interés por una sexualidad adulta y heterosexual. Por otra parte, ay viejos prejuicios que carecen de toda base científica y por tanto son falsos, como por ejemplo considerar que la masturbación produce graves problemas físicos como la ceguera o la locura, así como debilidad del orgasmo y atrasas en el crecimiento.
Lo cierto es que la masturbación no entraña en lo absoluto un daño físico. Se trata de una experiencia natural, y en general positiva, que contribuye a tener una vida sexual serena. Adema no es solo una expresión de la sexualidad adolescente si no que también pude tenerse en la vida adulta, de forma individual o en una relación de pareja. Tampoco es un acto de vital importancia: algunas personas la práctica y experimentan con ella, y otras no. Sin embargo, es posible que la masturbación se convierta en un hábito para la búsqueda de placer inmediato, o induzca a la persona a preocuparse de su propia satisfacción, perdiendo así la capacidad de atender a las necesidades que pueda tener su pareja en el ámbito de la satisfacción sexual.



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